Es en 1953 cuando actúa por primera vez en público en el ballet de "El sueño de una noche de verano", con Marianela de Montijo como primera bailarina, bajo la dirección de Cayetano Luca de Tena.
Después pasa a actuar con Rosario como primer bailarín y más tarde es contratado por José Tamayo para actuar en la Zarzuela.
Antonio le contrata como primer bailarín de clásico y con él inicia aquellas largas giras por Londres, donde simultanea su trabajo con nuevas enseñanzas en el Sadler's Well y con los famosos Harold Turner, Ninette de Valois, madame Basil y Marie Rembert.
Terminado su contrato con Antonio, se presente a una audición de los Ballet de París y es seleccionado especialmente por Ludmila Tcherina (la inolvidable intérprete de "Las Zapatillas Rojas") pasando a ser su pareja de baile bajo la dirección de Serge Lifar.
Durante dos años actúa en "Los Ballets de París", y posteriormente funda el Ballet de España, con el que actúa por toda Europa. Es en una de estas actuaciones cuando madame Baretti le contrata para el Teatro de la Opera de Munich, en el cual y durante dieciocho años actúa incesantemente, primero como primer bailarín y después como profesor de Danza y como coreógrafo de Ballet Clásico.
Es en 1980 cuando es llamado por Mari Carmen Arias para incorporarse al Real Conservatorio de Madrid, para elevar el nivel de las clases, siendo profesor de cursos superiores de Ballet Clásico.
Al fallecer su maestro Leif Omberg, le sucede en la dirección del Ballet Clásico de Madrid, que en realidad había venido funcionando como Escuela de Danza, y emprende la ardua tarea de reorganizarlo con la ayuda de la Asociación de Amigos del Ballet. Al cabo de cuatro años de incesantes ensayos y clases, consigue la categoría y el nivel artístico que se exigía para su presentación al publico, iniciando sus actuaciones por distintos escenarios de España, siendo requerida su presencia en distintos países de Europa.
Tuve la suerte de estar entre sus primeros alumnos del estudio de ballet del madrileño Paseo de la Virgen del Puerto, dónde compartimos los difíciles comienzos de la enseñanza de la danza por el Maestro Adolfo León, después vinieron tiempos mejores, y el Ballet Clásico de Madrid pasó a tener su sede en la Pza. de Santiago de Madrid, y posteriormente en el edificio propiedad del Ayuntamiento de Madrid de la Ribera de Curtidores.
Entre esperanzas e ilusiones se fue gestando lo que sería el primer repertorio de la compañía ("Confidencias" "Pas de trois" "La noche" "Festival de las flores de Genzano" "Corpus Cristi" "La sonámbula" "La Valse" "Les Sylphides" "Apolo" "Paquita" "Claro de luna" "El espectro de la rosa" "Liberación") con la colaboración de Francisco Valladares como voz en off.
Adolfo León lucho con todas sus fuerzas por sacar adelante su compañía, sin ningún tipo de subvención, todos los alumnos/as y sus padres colaboraban en la confección del vestuario y en múltiples tareas, hasta que decidió apartarse.
Desde aquí todo mi afecto al que fue mi maestro y gran defensor del ballet en España, aportando la sobriedad de su estilo, la magnifica pureza coreográfica de sus montajes y la belleza que supo imprimir en los mismos, dejando sin duda huella en todos sus alumnos.