Auguste Bournonville (1805-1879) creó no sólo un repertorio de más de 50 ballets sino una escuela y un estilo propios.
Bournonville estaba muy influido por el romanticismo populista. Los temas de sus ballets nunca tratan de príncipes indecisos o artistócratas burladores, sino de gentes sencillas que se enamoran y bailan en la plaza del pueblo, situados a menudo en aquellos países (Italia, España) que despertaban la imaginación de los románticos.
Bournonville, tampoco aceptó nunca esa supremacia de la bailarina que relega a los hombres al papel de porteurs, y esta igualdad y sentido democrático se traduce también en un uso menos rígido del espacio.
La exigente técnica de August Bournonville, de la que nace la escuela danesa ha sido capaz de engendrar bellos paradigmas de Danseur Noble. Destaca sobremanera Erik Bruhn (1928-1986), figura del Real Ballet de Dinamarca, fue un principe elegante en los roles masculinos, y destacó en la sensibilidad de sus interpretaciones, así como en la técnica virtuosa, siendo un actor poético, que elevó el papel de los protagonistas masculinos hasta darle una nueva preeminencia.
Henning Kronstam (1934-1995) accedió como aprendiz al Real Ballet de Dinamarca con dieciséis años y un lustro después, ya era Solista. Dominó el repertorio de la compañía danesa y bailó más de 120 roles durante su trayectoria, entre ellos, creó el papel de Romeo en la versión de Sir Frederick Ashton (1904-1988) de “Romeo y Julieta” (1955)
Peter Martins (n.1955), Principal de la formación danesa y del NYCB, Martins sobresalió en los papeles de “Apollo” y caballero en “El Cascanueces”. Formó pareja de ballet con Suzanne Farrel.
Desde Erik Bruhn, pasando por Peter Schauffus, hasta Johan Kobborg, etc. en realidad, la escuela danesa es hoy el único ejemplo auténtico y vivo de ballet romántico que puede verse en nuestros días.
El estilo Bournonville guarda unas características muy definidas: técnicamente, la viveza y variedad de los saltos, la suavidad de los pies, la velocidad y brillantez de la pequeña batería tienen mucha más importancia que las grandes extensiones y la emparentan con las escuelas antiguas que (como nuestra escuela bolera) han prácticamente desaparecido en todas partes.
Bournonville estaba muy influido por el romanticismo populista. Los temas de sus ballets nunca tratan de príncipes indecisos o artistócratas burladores, sino de gentes sencillas que se enamoran y bailan en la plaza del pueblo, situados a menudo en aquellos países (Italia, España) que despertaban la imaginación de los románticos.
Bournonville, tampoco aceptó nunca esa supremacia de la bailarina que relega a los hombres al papel de porteurs, y esta igualdad y sentido democrático se traduce también en un uso menos rígido del espacio.
La exigente técnica de August Bournonville, de la que nace la escuela danesa ha sido capaz de engendrar bellos paradigmas de Danseur Noble. Destaca sobremanera Erik Bruhn (1928-1986), figura del Real Ballet de Dinamarca, fue un principe elegante en los roles masculinos, y destacó en la sensibilidad de sus interpretaciones, así como en la técnica virtuosa, siendo un actor poético, que elevó el papel de los protagonistas masculinos hasta darle una nueva preeminencia.
Henning Kronstam (1934-1995) accedió como aprendiz al Real Ballet de Dinamarca con dieciséis años y un lustro después, ya era Solista. Dominó el repertorio de la compañía danesa y bailó más de 120 roles durante su trayectoria, entre ellos, creó el papel de Romeo en la versión de Sir Frederick Ashton (1904-1988) de “Romeo y Julieta” (1955)
Peter Martins (n.1955), Principal de la formación danesa y del NYCB, Martins sobresalió en los papeles de “Apollo” y caballero en “El Cascanueces”. Formó pareja de ballet con Suzanne Farrel.
Desde Erik Bruhn, pasando por Peter Schauffus, hasta Johan Kobborg, etc. en realidad, la escuela danesa es hoy el único ejemplo auténtico y vivo de ballet romántico que puede verse en nuestros días.
El estilo Bournonville guarda unas características muy definidas: técnicamente, la viveza y variedad de los saltos, la suavidad de los pies, la velocidad y brillantez de la pequeña batería tienen mucha más importancia que las grandes extensiones y la emparentan con las escuelas antiguas que (como nuestra escuela bolera) han prácticamente desaparecido en todas partes.
<<Por las piernas se reconoce a un buen alumno, pero es el trabajo de torso lo que distingue a un maestro>>
Augusto Bournonville.
Augusto Bournonville.